La clase de modelos presentada en la sección anterior puede extenderse para incluir modelos lineales generalizados en uno o varios de los niveles de la jerarquía. A manera de ilustración, consideremos el siguiente modelo:
Nivel I. (Observaciones)
En otras palabras, las observaciones siguen una distribución en una familia exponencial. Por ejemplo, los modelos logísticos y loglineales corresponden a las familias Binomial y Poisson, respectivamente.
Nivel II. (Parámetros)
Nivel III. (Hiperparámetros)
El uso de distribuciones Normales en los niveles II y III resulta conveniente desde el punto de vista computacional, además de que generalmente pueden asignarse e interpretarse más fácilmente. Sin embargo, si estas especificaciones no describen adecuadamente la información inicial disponible, en principio es posible utilizar en su lugar las distribuciones conjugadas correspondientes, o cualquier otra familia que se considere apropiada.
En este caso la distribución final de y
no puede
encontrarse analíticamente, aunque el modelo puede ser analizado a través
de métodos de simulación tales como Monte Carlo vía cadenas de Markov.
Por otra parte, un análisis aproximado y relativamente fácil de instrumentar es
posible si la aproximación Normal asintótica a la distribución final de
y
resulta adecuada en nuestra aplicación
particular (ver, por ejemplo, O'Hagan, 1994).
Otra posible extensión de los modelos jerárquicos discutidos en este trabajo consiste en incluir modelos no lineales en uno o más de los niveles de la jerarquía. El lector interesado puede consultar, por ejemplo, el trabajo de Bennet, Racine-Poon y Wakefield (1996).
Los modelos jerárquicos ofrecen una herramienta flexible y útil para modelar una gran variedad de situaciones que ocurren frecuentemente en la práctica, incluyendo el análisis de datos longitudinales y de muestreos estratificados así como problemas de meta-análisis.